Las orejas de nuestros perros son maravillosas: nos permiten comunicarnos, captar sonidos que nosotros no podemos y, en muchas razas, son un rasgo distintivo y adorable. Sin embargo, también son un lugar propenso a acumular suciedad, cera y humedad, lo que puede llevar a infecciones dolorosas y molestas.
Limpiar las orejas de tu perro de forma regular y correcta es una parte fundamental de su higiene y salud general. Pero ¿cómo hacerlo de manera segura y efectiva? ¡Aquí te lo explicamos!
Las orejas de los perros, especialmente las razas con orejas caídas (como Basset Hounds, Cocker Spaniels o Beagles), tienen un canal auditivo en forma de "L" que retiene la humedad y la suciedad. Esto crea un ambiente cálido y húmedo, perfecto para el crecimiento de bacterias y levaduras.

Una limpieza regular ayuda a:
Elimina el exceso de cera, suciedad y humedad que pueden ser caldo de cultivo para patógenos.
Te permite inspeccionar las orejas de tu perro y notar cualquier signo de infección, parásitos o irritación antes de que se agraven.
Las orejas sucias o infectadas suelen desprender un olor desagradable.
Unas orejas limpias y sanas hará que tu perro este activo y feliz
La frecuencia ideal varía según la raza, el estilo de vida y la predisposición individual de tu perro a las infecciones.
Perros Sanos con Orejas Erectas: Una vez al mes o cada dos meses puede ser suficiente.
Perros con Orejas Caídas o Propensos a Infecciones: Semanalmente o cada dos semanas.
Perros que Nadan Frecuentemente: Después de cada baño o sesión de natación, ya que la humedad es un factor de riesgo.
Importante: Si tu perro tiene una infección de oído activa, sigue las instrucciones de tu veterinario para la limpieza y medicación.
Antes de empezar, asegúrate de tener todo a mano:
Limpiador de Oídos Específico para Perros: ¡Crucial! Nunca uses alcohol, peróxido de hidrógeno, vinagre o agua, ya que pueden irritar o dañar el delicado canal auditivo. Tu veterinario puede recomendarte el mejor producto.
Bolas de Algodón o Gasas: Varias, para limpiar y secar.
Toalla: Para protegerte a ti y a tu perro de salpicaduras.
Premios: ¡Para recompensar a tu perro por su buena conducta!
Guantes (Opcional): Si prefieres no tocar la suciedad.
La clave es la paciencia y la suavidad. Haz de esta experiencia algo positivo para tu perro.
Elige un momento en que tu perro esté relajado. Siéntate en el suelo con él o en una superficie elevada donde te sientas cómodo y seguro. Ten todos los materiales a mano.
Levanta la oreja de tu perro y examina el pabellón auricular y la entrada del canal. Busca:
Enrojecimiento o hinchazón.
Mal olor (dulzón, a levadura o pútrido).
Exceso de cera (marrón oscuro o negra).
Secreción (amarilla, verde o con pus).
Rascado o sacudidas de cabeza excesivas.
Sensibilidad o dolor al tocar la oreja.
Si observas alguno de estos signos, detente y consulta a tu veterinario. Podría ser una infección o un problema más serio que requiere atención profesional.
Aplicación del Limpiador
Sostén la oreja de tu perro con una mano, levantando el pabellón auricular para enderezar el canal.
Con la otra mano, inserta la boquilla del limpiador de oídos en la entrada del canal auditivo (no demasiado profundo, solo la punta).
Aprieta la botella para llenar el canal con la solución limpiadora. Escucharás un sonido de "chapoteo". No te preocupes, esto es normal.
¡Importante! Si tu perro tiene el tímpano perforado (lo cual solo un veterinario puede determinar), algunos limpiadores pueden ser dañinos. Siempre consulta a tu veterinario antes de usar cualquier producto.
Mantén la oreja levantada y masajea suavemente la base de la oreja de tu perro durante unos 20-30 segundos. Escucharás el líquido moviéndose y disolviendo la cera y la suciedad.
Tu perro probablemente sacudirá la cabeza después de esto, ¡lo cual es bueno! Ayuda a expulsar la suciedad disuelta.
Usa una bola de algodón o gasa limpia para limpiar suavemente el exceso de líquido y la suciedad que haya salido del canal.
Limpia el pabellón auricular y los pliegues visibles de la oreja.
Nunca uses hisopos de algodón (cotonetes) dentro del canal auditivo. Pueden empujar la suciedad más adentro, dañar el tímpano o causar irritación.
Ofrece a tu perro un premio y elógialo por su cooperación. Esto creará una asociación positiva con la limpieza de oídos.
Repite el proceso con la otra oreja.
Empieza Temprano: Acostumbra a tu cachorro a la manipulación de sus orejas desde joven.
Sé Positivo: Usa un tono de voz calmado y tranquilizador.
No te Rindas: Si tu perro se resiste mucho, haz pausas y vuelve a intentarlo más tarde. Si la resistencia es extrema, consulta a tu veterinario; podría haber dolor o una infección.
Seca Bien Después de Nadar: Si tu perro disfruta del agua, asegúrate de secar bien el interior de sus orejas con una bola de algodón después de cada chapuzón para evitar la acumulación de humedad.
Limpiar las orejas de tu perro es una habilidad sencilla pero vital que te ayudará a mantener a tu compañero canino sano, cómodo y libre de problemas auditivos. Con la práctica y los productos adecuados, se convertirá en una parte rutinaria y sin estrés de vuestra vida juntos.