Linfoma en gatos: lo que debes saber

La mejor manera de cuidar a tu amigo peludo es entender cómo funciona su cuerpo y saber qué es lo mejor en lo que respecta a su salud y bienestar. El linfoma en gatos es un cáncer del sistema linfático, que es un conjunto de linfocitos (células sanguíneas) y órganos (ganglios linfáticos, etc.). Puede afectar a muchos sistemas del cuerpo de un gato, lo que da lugar al linfoma intestinal en los gatos, y es la causa más común de tumores de la médula espinal.

Esto es lo que necesitas saber sobre el linfoma en gatos para que puedas ser el padre de mascota más informado posible.

Linfoma en gatos

Según PetCure Oncology, el linfoma felino representa el 30 % de todos los cánceres diagnosticados en gatos. La ubicación más común del linfoma es el tracto intestinal. También conocido como linfoma gastrointestinal (GI) o alimentario, el linfoma intestinal en gatos puede causar vómitos y diarrea.

Sin embargo, existen muchos tipos de linfoma en gatos y una variedad de factores determinará cómo este cáncer podría afectar a tu gatito.

Causas del linfoma en gatos

La aparición del linfoma felino se ha relacionado con el virus de la leucemia felina (FeLV) y, en menor medida, con el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV). Los gatos que dan positivo en la prueba de leucemia felina generalmente desarrollan cáncer a una edad más temprana.

En la actualidad, como muchos gatos viven en el interior y se realizan pruebas y vacunas contra el virus de la leucemia felina de forma generalizada, el linfoma es menos común en los gatos más jóvenes. Los gatos que dan negativo en la prueba del virus tienden a desarrollar linfoma a una edad más avanzada. El American Journal of Epidemiology sugiere que la exposición crónica al humo del cigarrillo también puede ser un factor de riesgo para el linfoma.

Tipos de linfoma

Debido a que el sistema linfático interactúa con todos los sistemas del cuerpo, el linfoma en gatos puede afectar a cualquiera de estos sistemas. Los principales tipos de linfoma incluyen:

• Alimentario (tracto digestivo, el más común)
• Mediastino (tórax)
• Renal (riñones)
• Nasal (nariz)
• Espinal (columna vertebral)
• Cutáneo (piel)
• Multicéntrico (lo que significa que se ven afectados varios sistemas, con mayor frecuencia el bazo y el hígado)

Señales del linfoma en gatos

Los signos del linfoma dependen de los órganos afectados. Estos son algunos de los signos a los que hay que prestar atención según la ubicación del linfoma:

• Pecho: Respiración con la boca abierta, tos, pérdida de apetito, pérdida de peso y regurgitación.
• Tracto digestivo: Vómitos, diarrea, estreñimiento, pérdida de apetito, pérdida de peso, letargo y heces con sangre.
• Riñones: Consumo excesivo de alcohol y orina, pérdida de peso y pérdida de apetito.
• Nariz: Secreción nasal crónica, sangrado nasal, hinchazón nasal, estornudos, pérdida de apetito, secreción ocular y respiración ruidosa.
• Columna vertebral: Debilidad o parálisis de las patas traseras.
• Piel: Picazón, caída del cabello y tumores de piel sangrantes.

Si notas alguno de estos síntomas en tu gato, comunícate de inmediato con tu veterinario. Él podrá diagnosticar la afección de tu gato y determinar el mejor tratamiento.

Diagnóstico del linfoma en gatos

El linfoma se diagnostica mediante una combinación de información. Si tu veterinario sospecha que tu gato tiene linfoma, te preguntará sobre los antecedentes y el estilo de vida de tu gato. Probablemente realizará un examen físico a tu gato, pruebas de laboratorio (incluidos análisis de sangre, análisis de orina y pruebas de FeLV y FIV) y estudios de diagnóstico por imágenes, como radiografías y ecografías abdominales.

Las pruebas que recomienda el veterinario variarán según el tipo de linfoma en gatos que sospeche. Si hay una masa o un ganglio linfático inflamado, por ejemplo, también es posible que le hagan biopsias.

Tratamiento del linfoma en gatos

El tratamiento del linfoma en gatos tiene como objetivo inducir la remisión del cáncer y maximizar la calidad de vida de tu gato durante el mayor tiempo posible. La quimioterapia es con frecuencia una opción, y trabajar con un oncólogo veterinario ayudará a tu gato a obtener el mejor resultado posible. Los gatos suelen responder bien a la quimioterapia y no experimentan los efectos secundarios desagradables que experimentan los humanos, como la caída del pelo y las náuseas.

Si la quimioterapia no es una opción, los gatos pueden recibir cuidados paliativos, como prednisona. Por lo general, esto puede proporcionar una remisión de entre dos y cuatro meses, explica el Centro de Salud Felina de Cornell . A veces, el veterinario recomendará radioterapia o cirugía.

Pronóstico del linfoma en gatos

El pronóstico después del tratamiento varía según el tipo de linfoma, si su gato es positivo para FeLV y/o FIV y dónde se localiza el cáncer. Los gatos que son positivos para FeLV o FIV suelen tener un pronóstico peor. Algunos gatos pueden lograr la remisión del cáncer durante varios años, dependiendo de su situación individual.

Con quimioterapia, muchos gatos (entre el 50% y el 80%, según el Centro de Salud Felina de Cornell) pueden lograr una remisión temporal de los signos clínicos y mantener una buena calidad de vida.

Prevención del linfoma de gatos

Si bien no hay forma de prevenir el linfoma, puedes tomar medidas para reducir las probabilidades de que tu gato lo desarrolle.

• Mantén a tu gato dentro de casa: esto evitará que tengan contacto con gatos que sean FeLV o FIV positivos.

• Prueba para FIV y FeLV: Si es posible, hazle una prueba a tu gato cuando sea un gatito. Si vas a incorporar un nuevo gato a tu hogar, hazle una prueba antes de exponerlo a él.

• Vacuna a los gatitos contra el virus de la leucemia felina: (No existe vacuna contra el FIV). Si su gato sale, manten actualizada su vacuna contra el FeLV.

• Mantén el entorno de tu gato libre de humo de tabaco: el humo de segunda mano puede aumentar el riesgo de linfoma.

• Visita a tu veterinario periódicamente: la detección temprana es fundamental. Examina a tu gato dos veces al año y solicita análisis de sangre anuales a los gatos de 7 años o más.

Los avances en medicina y una mejor educación para los dueños de mascotas siguen mejorando las probabilidades de que las mascotas padezcan cáncer. Desde la detección temprana hasta la reducción de los factores de riesgo, puede tomar medidas para ayudar a su amigo felino favorito a vivir la mejor vida posible.

Mantenga a su gato dentro de casa

Esto evitará que tengan contacto con gatos que sean FeLV o FIV positivos.

Prueba para FIV y FeLV

Si es posible, hazle una prueba a tu gato cuando sea un gatito. Si vas a incorporar un nuevo gato a tu hogar, hazle una prueba antes de exponerlo a él.

Vacunar a los gatitos contra el virus de la leucemia felina

(No existe vacuna contra el FIV). Si su gato sale al exterior, mantenga actualizada su vacuna contra el FeLV.

Mantenga el entorno de su gato libre de humo de tabaco

El humo de segunda mano puede aumentar el riesgo de linfoma.

Visita a tu veterinario periódicamente

La detección temprana es fundamental. Examine a su gato dos veces al año y solicite análisis de sangre anuales a los gatos de 7 años o más.

Los avances en medicina y una mejor educación para los dueños de mascotas siguen mejorando las probabilidades de que las mascotas padezcan cáncer. Desde la detección temprana hasta la reducción de los factores de riesgo, puede tomar medidas para ayudar a su amigo felino favorito a vivir la mejor vida posible.